viernes, 12 de agosto de 2011

La realidad del 35 por ciento


La realidad del 35 por ciento
Por: Moisés Ruiz Romero
No conozco personalmente a don Jorge Salaverry y desde ya le pido disculpas a quienes piensen, él incluido, que esta obligatoria respuesta a su artículo “El mito del 35 por ciento” (La Prensa, 5/08/11), sea por razones personales.
La realidad es que Arnoldo Alemán y “su” PLC otorgaron a Daniel Ortega el 35 por ciento, como mínimo, para ganar elecciones presidenciales a cambio de la diputación regalada para el Presidente saliente. Arnoldo calculó mal que él tendría el control de la Asamblea Nacional.
La verdadera historia es que un sector importante de la Gran Convención del PLC apoyaba a Eduardo Montealegre como candidato presidencial para 2001, pero Alemán impuso a Enrique Bolaños creyendo que podría controlarlo y se equivocó, de modo que todo el daño que hizo Bolaños (que despidió a 3 mil liberales sólo en el primer mes de su gobierno y le dio auge al FSLN) es culpa de la mala decisión de Alemán (una sopa de su propia medicina).
Para 2003, las bases del PLC seguían pidiendo que Montealegre fuera su candidato en las elecciones del 2006 (venían comisiones con firmas de todo el país y en el 3-80 les cerraban las puertas con candados). En su arrogancia, Alemán expulsó del PLC, no sólo a Montealegre, sino también a más de la mitad de sus bases que se fueron siguiendo a Eduardo. Sólo así se explica que ALN, en la casilla 9 (antes llamado Movimiento de Salvación Liberal), que venía de obtener el 1.5 por ciento del cociente electoral en las municipales del 2004, pasara al 27 por ciento y segundo lugar en el 2006, mientras el PLC caía al cuarto lugar, por debajo del MRS, en todas las cabeceras departamentales. (Garrafal error de Arnoldo Alemán). Esta historia se está repitiendo por la ambición personal de Alemán, ya que el mejor candidato del PLC sería Fabio Gadea Mantilla. En este punto es oportuno aclarar que si Alemán sigue teniendo control del PLC es gracias a los miles de empleos que tienen sus seguidores en las instituciones del Estado, gracias al pacto Ortega-Alemán. El día que Daniel Ortega, con el control que tiene de todos los poderes del Estado, despida a los seguidores de Alemán, ese día, Alemán no tendrá ningún valor. Quien lo mantiene vivo es Ortega. En resumen, toda la división del antiguo PLC, es culpa de Alemán por querer imponerse y no palpar el pulso de sus bases. Por eso y muchas cosas más, Arnoldo no podrá volver a ser Presidente. Su momento ya pasó.
En su escrito, Salaverry reconoce que en “2000, Alemán aceptó bajar el techo al 35 por ciento y todavía sostiene que no debió hacerlo”. Tiene razón: antes de la reforma constitucional regalada por el PLC, la Constitución establecía, como en todo país democrático, que debía ganarse la Presidencia de la República con votos arriba del 45 por ciento y que si ninguno alcanzaba esa cifra, se haría una segunda vuelta con el primero y segundo lugar.
En 2001, a Ortega no le sirvió ese 35 por ciento porque el PLC era un partido sólido, que comenzó a debilitarse precisamente por la imposición de Bolaños. Y en 2006, la ocultación del 8 por ciento del voto por el CSE (que ya era controlado por el pacto) fue precisamente para que Ortega ganara con el 38 por ciento que obtuvo y evitar una segunda vuelta.
Es una realidad aplastante que el 35 por ciento que regaló el PLC es el causante de la dictadura y la guerra civil que nos amenaza. “La verdad es testaruda”.
El autor es Cirujano General y Vicepresidente PLI, Managua.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario