miércoles, 29 de septiembre de 2010

La calle está dura y sólo faltan cuatro


Editorial La Prensa 29 de Septiembre 2010.
La sesión de la Asamblea Nacional que por petición de Daniel Ortega se realizó inusualmente en día domingo, el recién pasado 26 de septiembre, era supuestamente para que los diputados asistentes a la reunión aprobaran la reforma presupuestaria de emergencia propuesta por el Ejecutivo, a fin de encarar los desastres causados por el fuerte invierno de este año. Sin embargo, lo que menos se aprobó en la tal reforma presupuestaria fue recursos de emergencia para reparar los daños causados por las lluvias y ayudar a los damnificados.
Al respecto, los diputados de la oposición que no se prestaron a la farsa parlamentaria del 26 de septiembre informaron que de los 1,207 millones de córdobas de aumento presupuestario, apenas 244 millones de córdobas son para gastos de capital o inversión. La mayor parte es para aumento en el gasto corriente, o sea para más despilfarro burocrático, así como para pagar deuda pública sobre todo la que se deriva de la piñata sandinista.
En realidad, el propósito de Daniel Ortega al convocar de emergencia a la Asamblea Nacional no era tanto la aprobación de una reforma presupuestaria que se podía tramitar sin mayor problema, mediante el procedimiento ordinario, sino demostrar su influencia sobre la Asamblea Nacional y comprobar con cuántos diputados podría contar, para respaldar la reforma a la Constitución que necesita a fin de legitimar su candidatura a otra reelección presidencial.
De manera que ha quedado comprobado que también el Poder Legislativo ha perdido su independencia, y por otra parte, que tal como se venía rumorando en círculos políticos ya hay 14 diputados de la oposición que podrían sumar sus votos a los 38 del FSLN, para respaldar la reforma constitucional pretendida por Daniel Ortega. Y que, por lo tanto, sólo harían falta 4 diputados para alcanzar los 56 que son indispensables para aprobar la reforma al artículo 147 de la Constitución, que prohíbe de manera tajante otra reelección de Daniel Ortega.
Pero también para la ciudadanía democrática es importante identificar a los 14 diputados que, habiendo sido elegidos en las papeletas de la oposición, no sólo hacen coro con el FSLN en temas como el de la reforma presupuestaria, sino que podrían, mediante la aprobación de la reforma constitucional, allanar el camino a la nueva reelección presidencial de Ortega.
Aseguran los líderes de los dos bloques parlamentarios liberales —PLC y Bancada Democrática Nicaragüense— que de ninguno de ellos saldrán más diputados a completar los 56 votos que necesita Ortega para aprobar la reforma constitucional. Agregan que a pesar de todo el poder de “convencimiento” que tiene Daniel Ortega, la verdad es que no ha podido alcanzar el número mágico de 56 diputados. Y sostienen que probablemente no lo alcanzará de aquí al 15 de diciembre próximo, cuando expire el plazo fatal para aprobar en primera legislatura la reforma constitucional.
Pero eso está por verse. Lo más probable es que a partir de la verificación de que ya tiene 14 votos de la oposición a su favor, para sumar 52 con los 38 del FSLN, Ortega incrementará los esfuerzos para conseguir los apenas 4 diputados que le hacen falta. De allí que tenga mérito de credibilidad la denuncia que ha hecho el Movimiento de Renovación Sandinista (MRS), de que le han ofrecido 2 millones de dólares, así como devolverle la personalidad jurídica y cargos en el Gobierno, a cambio de que sume sus 2 diputados a las pretensiones de Daniel Ortega.
Por su parte, algunos diputados opositores que participaron en la sesión del 26 de septiembre, juran que sólo los motiva el amor al pueblo y que no están dispuestos a aprobar la reforma constitucional que quiere Daniel Ortega. Pero otros dicen en privado que si de todas maneras Arnoldo Alemán va a renovar el pacto perverso, es mejor adelantarse a hacer un pacto “bueno” que al menos permitiría poner algunas personas confiables en el CSE y otras instituciones del Estado.
De todo eso se puede inferir que lo más probable es que Ortega consiga los 4 diputados opositores que le hacen falta para aprobar la reforma constitucional. Estamos seguros de que algunos diputados del PLC y la Bancada Democrática se mantendrán firmes hasta el final, pero también es muy probable que haya más de 4 parlamentarios opositores esperando la oportunidad de venderle el alma al diablo, a cambio de jugosas cuotas de poder o más bien de participación en el botín del Estado. Si la calle está tan “dura” para ganarse la vida —como dicen los políticos pragmáticos—, nadie puede sorprenderse de que ocurran transacciones como esa.

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